Por formación integral entendemos: aquella acción sobre toda la persona para lograr su desarrollo integral, teniendo en cuenta los grupos sociales en los que se inserta y los que va a tener que promover o influenciar. La formación propende a la madurez personal, social y comunitaria, por ende comprende los procesos que conducen a un equilibrio emocional de todas las dimensiones de la persona.
Por esto, la formación además de ser instrucción (acción sobre la inteligencia para ayudar a las personas a buscar, descubrir y aplicar la verdad con criterios), y educación (acción sobre la voluntad para buscar el bien y potenciar el recto uso de la libertad, el carácter y la orientación del amor, fomentando el sentido de la responsabilidad), es un proceso.
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